La fisioterapia pediátrica está indicada para situaciones como las que a continuación se reflejan:
Durante las últimas semanas de su vida intrauterina, el feto va creciendo y cada vez le resulta más estrecho su «habitáculo». Esta disminución del espacio in utero causa presiones tisulares o la compresión de ciertas zonas que pueden dejar ciertas señales. Han de ser tratadas una vez nazca el bebé.
Durante el nacimiento, el cuerpo del bebé es sometido a compresiones importantes y tracciones intensas. Fisiológicamente, un recién nacido posee todo el potencial vital para recuperarse por sí mismo de los «riesgos» del nacimiento. Pero en partos difíciles, caracterizados por ser largos, instrumentalizados y medicalizados, el potencial vital del bebé puede no ser suficiente.
Por lo general, los principales motivos de consulta en fisioterapia pediátrica son:
En este caso, el Método de las Cadenas Fisiológicas de Leopold Busquets es el más adecuado para realizar el tratamiento. Los objetivos que persigue son:
Procurar una sensación de bienestar tanto física como psicológica. El niño se sentirá bien, con su cuerpo y con su cabeza. Con ello, el aprendizaje será, sin duda, más armonioso.
El cuerpo del niño y el estado de su cráneo van a evolucionar muy rápido durante los primero días después del nacimiento.
La fisiología del bebé aporta de manera natural las primeras respuestas a las tensiones sufridas durante el parto, sin que sea preciso intervenir de forma inmediata.
Como profesionales, recomendamos intervenir solamente hacia la tercera semana y antes del sexto mes. La evolución neurológica es muy activa durante este período; por consiguiente, es importante haber distendido a tiempo todos los tejidos liberándolos de cualquier tensión o molestia.
Para el ÉXITO de cualquier TRATAMIENTO, además de la atención del fisioterapeuta, es imprescindible la COLABORACIÓN del PACIENTE en las indicaciones que le haya dado su especialista.